Siempre es un placer trabajar con nuestro pastelero de cabecera Xesc Bartes. Esta vez, con unos mini ayudantes, nos propone unos red velvet cupcakes con crema de queso, receta sencilla e ideal para divertirse en la cocina. Consigue un divertido delantal micumacu, los ingredientes necesarios y muchas ganas de pasarlo bien.
Ingredientes secos:
- 250 g de harina
- 250 g de azúcar
- 10 g de cacao puro en polvo
- 5 g de bicarbonato
Ingredientes húmedos:
- 200 g de aceite de girasol.
- 3 huevos
- 240 g de buttermilk (240 g de leche entera más 15 g de vinagre blanco, dejar reposar 15 minutos y ya estará a punto para utilizar)
- 5 g de vinagre blanco
- 5 g de extracto de vainilla
- 10 g de colorante rojo en pasta
Preparación:
Tamizar la harina, el cacao y el bicarbonato en un bol. Añadir el azúcar y mezclar bien todos los ingredientes secos con unas barillas y reservar.
Por otro lado incorpora todos los ingredientes húmedos en otro bol. Mezclar hasta que estén todos bien integrados. Ahora añadir una tercera parte de los ingredientes secos a los húmedos, mezclar bien y cuando estén bien integrados añadir otra parte y así hasta terminarlos.Precalentar el horno a 170°.
Poner la masa en una manga pastelera. Si no tenéis podéis utilizar una bolsa de congelar; cortar la punta de la manga para que quede una apertura pequeña y llenar las capsulas de las madalenas hasta la mitad.
Hornear a 170 ° durante 15 minutos, pinchar con un palillo para comprobar que están cocidas, si este sale limpio ya estarán a punto. Dejar enfriar completamente sobre una rejilla.
Cream Cheese Frosting (cobertura de queso)
- 250 g de queso de untar tipo Philadelphia, frío de nevera
- 100 g de mantequilla sin sal (no margarina) a temperatura ambiente
- 5 g de vainilla
- 400 g de azúcar glass
Con la ayuda de unas barillas eléctricas batir la mantequilla y el queso, añadir la vainilla y cuando esté cremosa ir añadiendo, poco a poco, el azúcar.
Id probando ya que quizás no hará falta todo el azúcar, esto al gusto de cada uno.
Poned la crema en una manga con una boquilla rizada y empezamos a decorar.
Una vez decorado, solo queda celebrarlo. ¡A disfrutar del postre!
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